Si hay algo que a todo el mundo le gusta compartir son sus ideas. Internamente sentimos la necesidad de compartir las “genialidades” que se nos ocurren y muchas veces creemos que son la solución a un mal específico de la humanidad.
En la era del conocimiento a las personas les gusta hacer galas de los suyos y lo manifiestan a través de las ideas que le surgen.
Dicen que cada cabeza es un mundo, pero el mundo real es uno solo, y no se pueden implementar todas las ideas que se ocurren en las cabezas de todos los otros “mundos”.
Los líderes deben de enfrentar diariamente como lidiar con las ideas que surgen. Algunas pueden ser implementables, y hay otras que, bajo la mirada del líder, sencillamente no son viables.
Pero debemos de tener en cuenta que una de las maneras más eficientes que tiene un líder para ganarse el corazón de las personas es cuando valida sus ideas.
Las personas quieren poder manifestar sus ideas y que por lo menos sean escuchadas.
He aquí el dilema: si validar la idea es una manera de fortalecer el liderazgo, pero no todas las ideas son buenas, entonces qué hacemos.
Permítame darle 5 consejos que le ayuden a lidiar con semejante situación.
- No invalide ninguna idea. Cuando usted invalida una idea, se percibe como que usted está invalidando a la persona misma.
- Muéstrese interesado en lo que cada uno tiene que decir. No tiene que estar de acuerdo para validar. Validar es manifestar que la idea tiene cierto valor, independientemente de que se pueda implementar o no. Puede utilizar frases como:
- Es interesante lo que planteas, como yo lo veo es ….
- No lo había visto desde ese punto de vista, cuéntame más porque…
- Esa es una perspectiva diferente, pero entiendo aporta a la conversación…
- Creo que estás poniendo sobre la mesa algo que debe de ser analizado.
- No sea mezquino. Reconozca una buena idea, aunque no haya salido de usted.
Es penoso ver como algunos líderes entienden que todas las buenas ideas deben de salir de ellos, y son incapaces de admitir cuando una idea es buena. Algunos dicen frases absurdas como:
- Si, yo sabía, lo que pasa es que…
- Ehhhh, bueno, tiene lógica, pero…
- Eso no es tan así…
La mezquindad es una evidencia de mediocridad.
José Mora
Esa mezquindad viene de la idea de que esa idea se les debió ocurrir a ellos porque ellos están a cargo, sin darse cuenta de que, la apertura a las ideas de los demás fortalece su posición de líder ante esas personas.
- Si la idea no es factible, manifieste el por qué. Usted debe de dar un argumento de peso del por qué una idea no factible, y esmerarse en darse a entender. Así la persona, no solo entenderá bien su posición, sino que posiblemente aprenda algo en esa explicación.
- Si la idea es buena, haga lo posible por implementarla. Ver una idea implementada provoca entusiasmo, nos valida como profesionales y genera la motivación para seguir siendo creativos y generar soluciones.
Conclusión.
Las ideas propias son un producto apreciado por cada profesional, y así quisieran que fueran tratadas. Valida las ideas, reconociendo su valor, agradeciendo al ideólogo y haciendo todo lo posible por implementarlas cuando sea posible, y cuando no, explicando las razones.
Cuando haces esto, indefectiblemente aumentarás tu influencia en tus colaboradores.
